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CAPÍTULO 3: babas pegajosas.

-¿Quién ha sido?-pregunto Iker.
De pronto tres pajaros verdes empezaron a tirar babas del cielo. Iker, Mario y Rafa se llenaron de babas y no se podian mover, pero al pequeño mounstro redondo no le cayó ni una gota.
-Pequeñín por favor haz algo- suplicó Rafa.
Entonces el pequeño mounstro se armó de valor y dió un enorme salto, se montó en un pájaro y empezo a morderle la cola. El pájaro no podía aguantar el dolor y se dió la vuelta para que cayera el mounstro, pero cuando cayó el pequeñín se llevó unas plumas en la boca.
-Estamos perdidos- dijo Mario.
Lo que nadie se esperaba es que el pequeño mounstro rebotó en el suelo, salió disparado para arriba, dió a un pájaro en la barriga y le mandó al quinto pino. Hizo lo mismo con los demás pájaros hasta que no quedó ninguno.
-Así se hace pequeñín- dijo Rafa.
-Lo peor va a ser quitarnos estas babas- dijo Iker.
Entonces el monstruito se relamió los labios y empezó a comerse todas las babas.
-¡Que bién!-exclamó Iker.
-¿Por qué no nos lo quedamos?- preguntó Rafa.
-Es una buena idea- dijo Iker.
-Por si no lo habéis visto casi intenta matarme- protestó Mario.
-Anda no te quejes o te dejamos aquí- dijo Iker amenazante.
-En ese caso, Vale- contestó Mario.
-Pero habrá que ponerle un nombre- Dijo Iker.
-¿Qué tal Chimi?- propuso Rafa.
-¡Genial!- gritaron Iker y Mario.
Chimi afirmó con la cabeza y los cuatro siguieron andando por el planeta.